jueves, 2 de julio de 2009

Carta de Martín Sabbatella a los compañeros y compañeras

Queridas compañeras, queridos compañeros:

A través de estas líneas quiero acercarles mi reconocimiento y mi satisfacción por este paso que acabamos de dar. No me refiero a la circunstancia de haber sido electo -junto a Graciela Iturraspe- diputado nacional. Eso, por supuesto, me llena de orgullo y me aferra al desafío de ayudar para que crezca este proyecto colectivo. Lo más significativo es la construcción política que en muy poco tiempo hemos gestado, fruto del esfuerzo y el compromiso de cada uno y cada una de ustedes.

Hoy nos encontramos ante un reto aún más grande que el que tuvimos en estos últimos meses. Estamos escribiendo un nuevo capítulo en la política argentina. Y eso, que nos carga de satisfacción y de entusiasmo, demanda un compromiso muy importante de todos y todas quienes dimos nacimiento a Nuevo Encuentro. Tenemos que demostrar que esta fuerza, que se puso de pie, que tomó la palabra, que dijo ‘presente’, sabe caminar, quiere crecer y va ser protagonista en la construcción de una provincia y de un país más justo, más democrático, más solidario, más participativo.

Eso, compañeros, compañeras, va a depender de todos nosotros, de cada uno y cada una, de la capacidad y las ganas que tengamos de seguir encontrándonos con quienes sueñan un país en el que nadie quede afuera, con los que creen y luchan, con los que resisten, con quienes tienen esperanza, con los que no bajan los brazos, con los que militan en otras fuerzas políticas, organizaciones o movimientos sociales, con quienes nunca lo hicieron, con los muchos y muchas que quieren volver a hacerlo. Eso va a depender, amigos y amigas de Nuevo Encuentro, de que la política -encarnada en cada uno de nosotros- vuelva a enamorar a miles en cada barrio, en cada pueblo, en cada provincia del país.
Siento que este paso que acabamos de dar fue una señal muy importante de cara a ese horizonte.

Siento que muchísimos ojos nos miran con una ilusión incipiente pero muy poderosa. Y siento también el compromiso de no frustrar esa mirada, de lograr transformarla en fuerza militante, en potencia multiplicadora de sueños, en impulso protagónico, para que definitivamente construyamos desde hoy ese mañana que deseamos. Estoy seguro que ese es el sentimiento común de quienes ya formamos Nuevo Encuentro.

Y debemos encarar este desafío en un contexto nacional que, posiblemente, no sea el más favorable. Una derecha frívola que se muestra renovada, junto a otra conservadora que se dice republicana, aprovecha los errores y desaciertos de un presente contradictorio con el objetivo de retroceder a posiciones aún más injustas que las que hoy vivimos. Invierten millones de dólares para mucho más que instalar candidatos: quieren generar un marco institucional y político que les permita recuperar más recursos económicos y acentuar la obscena concentración de la riqueza.

En este contexto debemos ser muy firmes para lograr que el país no retroceda, para ayudar a que se transforme la matriz de desigualdad existente y para mejorar la calidad de una Democracia que todavía está lejos de ser garante de los derechos civiles, sociales, políticos, culturales y económicos de todos y de todas. Y debemos hacerlo, como hasta ahora, sin mezquindad ni especulación; con los mismos principios y los mismos ideales que tuvimos hasta aquí.

Tenemos convicciones, tenemos sueños, tenemos experiencia y tenemos ganas. No hay obstáculo que alcance a detener lo que estamos construyendo. No hay aparato ni billetera que se imponga a una militancia como la nuestra, dispuesta a caminar, a compartir, a debatir, a enamorar. Por eso llegamos hasta aquí en tan poco tiempo y por eso vamos a seguir creciendo.

Compañeros, compañeras: felicitaciones por este esfuerzo; felicitaciones por demostrar que es posible, que estamos más cerca, que vamos a lograrlo.
Un abrazo fuerte y muy sincero para cada uno y cada una de ustedes.



Martín Sabbatella

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