Entrevista a Martín Sabbatella en Página 12
Por Werner Pertot
Acodado al lado de una ventana del bar Británico, el intendente de Morón, Martín Sabbatella, anuncia en diálogo con Página/12 que se lanzará como candidato a diputado “para dar visibilidad a una nueva fuerza política de centroizquierda”. “Me gustaría gobernar la provincia de Buenos Aires”, revela el líder de Encuentro por la Democracia y la Equidad, que delinea su esquema de alianzas, marca sus diferencias con algunos sectores del centroizquierda y encuadra a la Mesa de Enlace como “parte de las alianzas conservadoras nacientes”.
–No es sólo una decisión personal. En Encuentro decidimos que yo sea candidato, porque creemos que es necesario que nazcan fuerzas políticas nuevas. Las fuerzas políticas se convirtieron en estructuras vacías, pragmáticas, que terminan estando en un lugar u otro por conveniencia y no por convicción. Ven nichos a ocupar y para construir poder dicen todo lo contrario a lo que decían antes. Y lo hacen sin ponerse colorados. Es como decía Groucho Marx: “Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”. Cualquier colectivo los deja bien.
–¿Cómo se para esta nueva fuerza ante el oficialismo y la oposición?
–La oposición propone retroceder y el oficialismo propone resignarse al límite que le pone el PJ, nosotros decimos que hay que construir otra cosa. Queremos que la política vuelva a convocar, a enamorar, a entusiasmar, que vuelva a ser un proyecto de transformación. Y eso necesita de nuevas fuerzas que dialoguen con la historia, en el sentido de recoger lo mejor de los procesos populares y de transformación de nuestra historia nacional y latinoamericana. Queremos que esta candidatura sea un proceso electoral que le dé visibilidad a este debate.
–¿Cómo toman en Morón que no termine su mandato como intendente?
–En Morón se construyó un sentido de pertenencia a un proyecto común. Hay gente que hace un balance de nuestra gestión en términos de eficiencia y eficacia, que no es algo que el progresismo tenga que dejarle a los liberales. La sociedad de Morón se siente protagonista de esto que puede nacer. Es el momento de romper las fronteras de Morón. Queremos construir con otros y con otras.
–¿Con quiénes?
–Estamos conversando con todos los sectores: con el SI, con la CTA, con los socialistas, con Libres del Sur, con sectores del kirchnerismo críticos de la pejotización y del progresismo que son críticos de la derechización evidente de la Coalición (Cívica) conservadora.
–¿Es posible que converjan con el sector que impulsa la candidatura de Víctor De Gennaro?
–Vamos a seguir conversando con todo el mundo y tenemos muy buena relación. Es indiscutible que hay diferencias, pero también es indiscutible que hay una historia común y mucho respeto mutuo.
–¿Las diferencias pasan por la caracterización del gobierno nacional? Pino Solanas lo considera “la continuidad del menemismo”.
–No, claro. Es evidente que no tenemos esa caracterización. Nosotros pensamos que no es más de lo mismo, que es mejor, pero que es insuficiente. Valoramos el piso construido, que permite ir por más y criticamos los límites. Nosotros queremos pararnos sobre ese piso y romper el techo. Hay que ser respetuoso de las diferencias y los matices.
–¿Y cómo se hacen compatibles?
–Habrá que ver si es posible. Nosotros tenemos la voluntad, pero implica por supuesto un esfuerzo. Lo que hay que hacer es no debatirlo por los medios, sino juntarse y sentarse a conversar las coincidencias y las diferencias. Si se logra una expresión de unidad en 2009, bárbaro. Pero si eso no sucede, estoy convencido de que hay un futuro común a construir.
–¿Cómo se dirimirían las candidaturas?
–Los tendremos que debatir, pero antes hay que debatir las diferencias sobre el presente, el paso de una cultura testimonial a una cultura de gobierno. El centroizquierda se desencontró muchas veces en este país. Hay que intentar unir y eso requiere mecanismos institucionales que permitan procesar en unidad esas diferencias.
–Pero siempre está la discusión de quién encabeza la lista...
–Que en el centroizquierda hubo una cuota de mezquindad y de sectarismo, es real. Pero es consecuencia de la falta de debate profundo del para qué nace una fuerza, para qué toma la palabra, qué rol tiene que cumplir en la historia. Al no estar claro eso, la discusión pasó por los nombres. Hoy yo no considero que tengo la verdad, tengo una posición y la podemos debatir.
–¿Cómo ve la conformación de dos bloques, uno en torno de Elisa Carrió y el otro en torno de Mauricio Macri?
–La alianza De Narváez-Macri-Solá es claramente lo viejo y por derecha. Empiezan a mostrar más claramente a los dueños del poder y de los intereses concentrados. Le pasa lo mismo a la Coalición Cívica: quedó una estructura conservadora, antipopular, y a la derecha. Nacen con la estrategia de reconstruir el bipartidismo: uno es la reconstrucción del radicalismo conservador y el otro es la derecha de la interna del PJ.
–¿El centroderecha no está teniendo más lucidez que el centroizquierda para construir coaliciones hacia 2011?
–La derecha tiene más claro eso. Es cierto que el progresismo tuvo menor capacidad para articularse y todavía no construyó una fuerza política que exprese la redistribución de la riqueza como tema central en la lucha contra la desigualdad. Pero el contexto regional y el país da las condiciones para esa fuerza política. Sería un error desaprovechar la oportunidad y que no seamos capaces de construir esa fuerza política.
–Para usted, ¿el 2011 marca el fin de los Kirchner?
–No creo en el futurismo para ver dónde terminan. Lo que sí creo es que en el 2003 inauguraron debates interesantes y necesitamos que pueda continuar la recuperación de lo público y del rol del Estado, la política de derechos humanos y la integración regional. La oposición va contra ese piso y ofrece sólo retroceder.
–Pero la oposición está construyendo –por lo menos– dos candidatos. ¿Qué candidato tendría el centroizquierda en 2011?
–No lo sé.
–¿Puede ser Hermes Binner?
–Hay que ver cómo se da todo. Está todo abierto.
–¿Usted podría ser candidato a gobernador en 2011?
–Somos una fuerza política que quiere gobernar. Me gustaría gobernar la provincia de Buenos Aires. Puedo ser yo, pero también puede ser otro el candidato. Voy a estar donde haga falta.
–En Capital, ¿Aníbal Ibarra puede aglutinar el centroizquierda?
–El progresismo está en deuda en la ciudad y no creo que haya liderazgos excluyentes que puedan aglutinar al conjunto.
–¿Cómo ve que reaparezca Luis Zamora?
–Todos tienen derecho a expresarse. Es evidente que no es ahí donde yo me puedo sentir convocado.
–¿Con Luis Juez sigue teniendo diálogo?
–Con Juez evidentemente surgieron diferencias. Sigo creyendo que Juez es la expresión más cercana en Córdoba a la posibilidad de construir algo distinto. Pero no estoy de acuerdo con su diagnóstico de lo que pasa hoy en el país, ni con su marco de alianzas, tanto nacional como provincial.
–¿Cómo interpreta que el socialismo siga con la CC?
–El socialismo tiene diferentes posiciones y esto forma parte de su debate histórico y su relación con los procesos nacionales. Hay tres posiciones: una más opositora, otra más oficialista y otra que tiene una suerte de autonomía. Esto lo digo con absoluto respeto al socialismo.
–¿Cómo ve este nuevo lockout?
–La Mesa de Enlace mostró que tiene una estrategia política vinculada a las alianzas conservadoras nacientes, con un objetivo claro y político: ponerle freno a un proceso que tímidamente puede generar políticas distributivas. Es parte de las coaliciones conservadoras, funcional a la estrategia opositora y utiliza mecanismos extorsivos. Es muy posible que la Federación Agraria haya dejado de representar al productor familiar. Representa los mismos intereses que las otras entidades. Y Eduardo Buzzi decidió representar esos intereses.
–Es muy difícil creerle, cuando se lo ve brindando con champán en el Monumento de los Españoles. Están lejos de representar lo que sí me preocupa: el pequeño productor, los trabajadores del campo, los pueblos del interior afectados.
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